miércoles, 27 de febrero de 2008

¿Para qué sirve la poesía?
Para esto.
Para un lector naúfrago dentro de un mar del tiempo,
un relato casi nunca nocivo,
una enfermedad y no miento.


Tati Mizraji

martes, 26 de febrero de 2008

Taller de poesía (TT)

La profesora anuncia al grupo que el encuentro ha sido diseñado por las ayudantes, las cuales a su vez coordinarán el taller. El tema es la poesía y ella no es una excusa para otra cosa que enseñar.

La primera actividad que presentan es un cadáver exquisito. Enseguida, miedos por tener que escribir poesía, falta de gusto por el género, voces en su defensa. Jazmín explica cómo se hace un cadáver exquisito, alguna vez escribió de esta manera en la escuela. Candela agrega que así se llama porque esas son las primeras palabras del primer cadáver exquisito.
Mientras van haciendo la tarea, se la vuelven a explicar entre sí. Porque la consigna como siempre invita a una reelaboración del género: se han formado grupos de aproximadamente diez compañerxs, en cada mesa de estas se producirá un cadáver exquisito. Todas reciben una cartulina de color que tiene un encabezado secreto que se desdoblará al final de la tarea, es decir que desconocen el comienzo del cadáver, pero no romperán, por cierto, el "silencio universal" y... lo saben. En una mesa, tienen que escribir un ruido o una palabra ruidosa; en otra, pegar rápido palabras que se les han dado en un sobre recortadas de revistas y diarios; en otra, palabras o frases tomadas al azar de la página en la que se abra un libro de entre varios que se han puesto a disposición; en otra, responden por qué sí o por qué no a unas frases que han recibido para repartirse.
Recogemos estos plegados pero no los leemos aún. Una intriga queda pendiente en el aire y, aunque hay confianza en esta entrega, unas miradas como hilos seguirán uniendo las mesas con sus exquisitos cadáveres.

Reciben una serie de poemas en cada mesa, de lo más diversos en sus formas y en sus temas: están los que aportan a concepciones clásicas sobre el género lírico, otros que patean ese tablero. Junto con los poemas cada grupo recibe unos sobres con unas etiquetas que deben completar (inventar): "poesía hasta" el hartazgo, "poesía para" rupturas, "poesía hacia" una persona querida, un momento, la protesta; "poesía entre" lo lúdico y lo visual, lo lúdico y el sonido; "poesía según" para (gente rebelde) la mujer; "poesía ante" la sociedad, como denuncia; "poesía de" sexo, amor, erotismo; "poesía contra" la injusticia social, "poesía por" rima, "poesía desde" la estética convencional, "poesía con" otros rasgos... y "sin poesía". Todxs tienen este último sobre, y cuatro con diferentes preposiciones.

Algunos empiezan por decidir cuáles son y cuáles no, poesía. Buscan "trampas" para leer y entender los poemas muy raros ("Día nublado": una compañera levanta la hoja al trasluz y otra, enfrentada, lee el poema al derecho); mientras pasamos por los grupos, escuchamos preguntas ante la evidencia: ¿se puede escribir poesía así?, y respuestas: ¡Esto lo escribió un nene! ¡¿Cómo va a terminar así?!

La puesta en común no aspira a resolver el ejercicio sino a profundizarlo. Rosario pregunta por las dificultades que tuvieron en los grupos para poder realizar la tarea pedida: las respuestas dependen mucho de la relación que cada uno tenga con la poesía -nos explican-; resulta difícil abrirse al concepto del otro -justifican; otros enfrentamientos sometían a revisión los conceptos y el objeto al que ¿se aplicaban?, como para Javier: en el límite, te preguntás si lo que leés es producto de un procedimiento o si es un error tipográfico, pero hasta puedo leerlo con eso, como si fuera poesía, quiero decir, también puedo decidir que el error tipográfico como tal me resulta significativo y armar toda una hipótesis a cuento de él. La discusión general comienza cuando aportan ejemplos de los etiquetados "sin poesía", muchos responden polémicamente: ¿cuál? (que no era una pregunta), todos esos que no responden a la estructura, ¡¿pero cuál?! (otra no pregunta sobre la cuestión de la estructura), la de cierta estética (apoyos), nada deja de ser poesía (busca contemporizar), ¿qué es la poesía? (volvamos a empezar, que está lindo).

"Hay cánones, si no, cualquiera escribiera" (el subjuntivo más hermoso del mundo). "La poesía busca conmover, persuadir, esas malas palabras algo te van a generar, no te dejan igual" -propone Jazmín. Rosario recuerda y comparte así las ideas del texto de Juan Gelman "Escándalos". Y algunxs, a partir de una intervención de Mónica, recuerdan que sintieron que ciertos textos no eran poesía porque no los entendían ("no tiene palabras concretas" sino puros sonidos transcriptos, recuerda Estefanía), mientras que para otrxs lo eran justamente por la misma razón. Se evalúa -tema que propone Tati- la cuestión de la coherencia, las frases sueltas como títulos, y el hecho de que estén o no creados con un fin poético. "Si no, cualquiera leyera poesía" (mentira: dijeron "leería"). Dafne decide intervenir (tiene intereses creados en la cuestión): "Para mí todo es poesía si lo meto en un libro de poemas, es el género menos acartonado". "Porque ello nos determina a buscar sobre esos textos una lectura poética", teje Rosario. Algunxs traen a colación lo que saben sobre los dadaístas, otrxs traen el conflicto entre un modo académico e inalcanzable de concebir la poesía y un modo sensorial, en el que la sonoridad no es abstracción, y los ideogramas orientales como metáfora de esto y el cuestionamiento de la necesidad de entender.


¡RECREO!




El ambiente de discusión está alimentado como para leer ahora una selección de artes poéticas y de otro tipo de "metapoemas" como dieron en llamarlos las ayudantes, poemas que a su manera establecían una definición de su propio género. Los leen en grupos con dos consignas: identificar rasgos en común, elegir algo de ellos con que quedarse. Y esto es que hay una tensión entre hablar de la poesía y hablar a la poesía, como si ella fuera un sujeto fuera del que habla (Tati), que describen cómo surge, cómo llega la inspiración (Jazmín), que hablan desde el oficio (en contrapartida). Según Candela, Cortázar habla de la poesía como inspiración que gana al poeta en oposición a la mirada del poeta como un pequeño Dios Creador (es decir, ¿según Cortázar el mérito no es del artista sino de una idea que se le impone y es más cierta que él?). Que algo de lo que uno tiene es lo que nos dice la poesía, mirada la custión desde el lector, responden. Dafne cita de memoria "la palabra que sana" de Pizarnik, para intervenir. Y hay otras posiciones: Vicky lee en el de Celaya la concepción de la poesía como arma de protesta: "apenas nos dejan decir quiénes somos, cómo somos". En Lorca subrayaron: "pero yo no he venido para ver el cielo... más vale sollozar... interminables trenes de sangre". A Javier le gustó eso de "poema gastado por su propia lengua" y aparece la cuestión de la riqueza del lenguaje como cárcel del poeta, la necesidad de la recreación. Tati se identifica con el deseo de Gelman "quién pudiera agarrarte por la cola". Candela recupera varios segmentos en los que se afirma que la poesía no refleja nada ni a nadie, lo que desalienta un poco. Comentan que, comparados con algunos de los poemas del comienzo, estos resultan más próximos a la idea más familiar sobre la poesía, incluso ante el de los dadaístas, no dudás: desde el título estás predispuesto a aceptarlo como poesía. Rosario pregunta por la poética de Huidobro, Jazmín lee lo que ha señalado en él. Dafne recuerda el relato de Eduardo Dayan en el que se tomaban citas de este poema como argumento.

Una categoría llamado la atención entre las de los sobres: "poesía con otros rasgos". La alteridad se define en relación con un modelo estético que se nombra como "convencional". Les pedimos que lo describan: "el verso", "la rima", "el canon que te hace conocer la escuela", "belleza que no hay que pensar si lo es o no, porque la sentís (tenés que sentirla como tal) de manera inmediata". Se retoma esta parte de las discusiones para proponer la siguiente actividad: cada grupo recibe uno de estos patrones para elaborar una poema paródico.



Canción de cuna para presidente

Duérmete presidente,
duérmete ya,
no dejes que los gritos de los pobres
te hagan despertar.
Ni el niño que llora solo en la calle
ni el obrero cansado de trabajar
logren sacarte de tus dulces sueños
y las almohadas puedan descanso brindar.

Duerme presidente,
duérmete ya,
que los gremios que reclaman (?)
ya se cansarán.
Mañana vendrán del Norte
tu mano tomarán.
Duerme rtanquilo, duerme ya,
que si el país se viene abajo
tú el golpe no lo escucharás.


Javier, Lucía, Pablo, Marcela, Florencia, Sandra, Nicolás, Ayelén
Oda al amor no correspondido (de cómo María de las Nieves le responde a José Alberto Montilla)

Oh, amado José
me pregunto por qué...
Mi alma está en pena
oscuridad absoluta
en este triste corazón frío y vacío
que por tu indiferencia
solo y Marchito se quedó.
Tu indiferencia hace bañar mi ojos en lágrimas
cuanto másme niegas tu amor
más crece mi obsesión.
Por las noches sueño con encontrar tu calor
cierro los ojos para imaginar tu rostro.
¿Por qué no puedo inspirar en ti
lo mismo que tú provocas en mí?
Quizás pueda algún día tus manos tomar
como me toman los de las
esquinas de aquí y de allá.
Pero no me pidas que las tome para amar
porque te dejaste marchitar.
No entiendo por qué no me quieres
si he hecho por ti más de lo que tú crees.
Perdí gran parte de mi vida
para dedicarme solamente a ti.
- Lo lamento, María, si no he
correspondido tu amor.
Sé que tu dolor
acabará en unos días
más yo lamento
toda la vida en
no haber correspondido a tu amor





Iris, Mónica, Susana, Sofía, Patricia, Evangelina, Luciana


Rimas

(pescado, pelado, pesado, zarpado, alado, helado, colorado, robado, conectado, deprevado, enlatado)


Te vi ahí parado
sos tan pesado,
tan poco conectado.
Cuán pescado alado.
¡Y encima pelado!,
llorando tu quincho robado.
Porque si fueras colorado
te invitaría a un helado
pero sos un depravado,
no te invito ni choclo enlatado.

Con mi comentario poco reservado
espero no haberme zarpado.



Silvina, Estefanía, Leonel, Jazmín, Natalia, Jesusa
Rimas

(felina, Marilina, penicilina, Sabina, bailarina, tramontina, mandarina, bambalinas)



La bella Marilina
espléndida bailarina
luce cual felina
danzando tras bambalinas.

De repente Sabina
armada de un tramontina
apuñala a la danzarina
por comerse su mandarina.


Yanina, Analía, Marcela, Victoria, GUillermo, Vanesa
Canción de protesta al... peluquero

Pensando en mi coronilla,
he caído en tu salón
y se ha vuelto pesadilla.
Ya no tengo solución.
Me someto a tus tijeras
las que me dan pavor.
Cortame solo las puntas,
te lo pido por favor.

¡Masacre al pelo largo!

¿Qué parte no entendés?
Después de dejarme pelada
encima te tengo que pagar,
¿te creés que soy tarada?
¡Por qué no te vas a cagar!


Amparo, Tatiana, Candela, Carolina, Micaela, Cintia, Cecilia







Ahora devolvemos los cadáveres exquisitos del comienzo y el asombro es, casi siempre, que lo que debía ser un disparate tiene bastante cuerpo y sentido.



La poesía no es

la constitución de tantas ciencias positivas

¿Por qué su sangre enrojece cada día a Granada cada día?

Aunque estaba segura de que todo saldría mal

nadando apenas por entre los errores,

este niño no está ahí, es un ángulo, un ángulo que ha de venir.

Disyunción asimétrica en los tiempos verbales.

Natalia Zanfrini, Jazmín Tamburello, Leonel Ríos,
Estefanía Saladino, Silvina Rivas, Jesusa

La poesía es

trompeta
río
¡punchi punchi!
¡Ringgggg!
¡Bum bum!


¡Ring, ring... ring!

Pájaros
Crack, crack.


Yanina Bonafina, Analía García,
Marcela Hutchinson, Victoria Uccelli,
Guillermo Foti, Vanesa Ferrer.


La poesía es
botella pentagonal
un animal pero que no camine
pestañas sin ojos
flores sin aromas
amor no correspondido.

Rocío Valles, Viviana Florentín,
Ian Webster, Carla Salazar,
Mariela Bellido

¿La poesía existe

porque no se me ocurre nada?

¿Porque me gusta relacionarme tanto con la gente?

¿porque tengo tanto sueño?

porque a veces tengo ganas de cortarle la cabeza

porque-ría, por qué sos

porque no dejás que ella te invada

porque realmente no sé será que me pregunto ¿por qué?


Amparo, Tatiana, Candela, Carolina, Micaela, Cintia, Cecilia

¿Qué es la poesía?

¿Es maravilloso?
¿Es libre el autor o es esclavo?
¿Es el ocaso un mar amplio de amor?
¿Es triste o es alegre?
¿Es realmente tan bello o es mi imaginación?
¿Es como el alma que vaga y vaga o es como el fantasma estático?
¿Es una gracia?, ¿es un trabajo propio?

Susana Feli Saavedra Altuna, Iris Berguñán,
Sofía Duarte, Patricia Garay,
Luciana Leal, Evangelina León,
Mónica Pereyra, Susana Ferreyra
La poesía es

Para Cecilia (tomar nota)

Polémica crítica Una monada
por desnivel natural dice la vedette
una fiesta azul ¿dieta sana o
suplementos?
Simplemente, Magdalena
el sueño del pibe pero Laport es más fuerte
En la tierra La mejor idea
de nunca jamás la malamemoria
Una clásico una batalladora
se renueva
tus cortinas HISTORIAS
decoración DE SEXO
el fin del celibato volver
a empezar

Javier, Lucía, Pablo, Marcela, Florencia,
Sandra, Nicolás, Ayelén

domingo, 24 de febrero de 2008

La lengua: las lenguas (TT)

Registro del Encuentro 8
Comenzamos el taller con un recuento de lo que haremos en los próximos encuentros y de los trabajos que aún quedan por entregar para el miércoles 27/02, a saber: cuento (relato ficcionalizado basado en un recuerdo de la infancia), ensayo y poema a partir de "Escándalos" de Juan Gelman. También recordamos que para ese mismo día, miércoles 27/02, esperamos las lecturas sobre "Casa Tomada" de Julio Cortázar (material del cuadernillo) y "La Soga" de Silvina Ocampo. A su vez, reflexionamos acerca de la importancia que tienen estos trabajos y la escritura en general, su ejercicio. A fin de reforzar esto, hicimos una ronda donde cada uno comento en qué tema está basado su ensayo. Durante la lectura, algunos comentaron las dificultades que encontraban en su escritura.

Los temas elegidos fueron diversos: "la organización", "la música", "yo trabajé el tema de si dios existe o no", "la vida después de la muerte", "yo me dejé llevar por el cuadro (un filósofo meditando) y pensé en la soledad", sonaron algunas voces. Varios eligieron alguna problemática en torno a la familia o las relaciones humanas. Amparo dijo "A mí me costó elegir un tema, delimitarlo. Pienso en la realidad, en lo que uno podría ser: ¿cómo hago, trabajando todo el día, para hacer tal cosa?". A partir de este comentario, reflexionamos acerca de la posibilidad de no centrar el ensayo en la vivencia personal sino más bien tomar esa experiencia como un signo de época, tratar de llevar la reflexión de un plano más particular a un análisis más general.

La literatura y la escritura también surgieron como temas de ensayo. "El destino no me llevó a ningún lugar. Así que escribo sobre cuando te exigen escribir en una situación de aula y no tenés ganas", comentó Victoria. Cecilia compartió su ensayo "Herederos de la cultura", donde reflexiona acerca de la relación de los jóvenes con la lectura. Notamos que logró incorporar varios recursos del género ensayístico (la pregunta, la interrogación retórica, la cita de autoridad, entre otros) y que si bien parte de un ejemplo de la propia vivencia, de la experiencia personal (sus carencias y sus ganas como lectora), el uso de la primera persona no opaca el análisis sino que enriquece la reflexión y la distancia de la autora con su texto y el tema elegido.

Ayelén (que ya nos había adelantado previamente: "ahora me doy cuenta de que yo hice proselitismo en mi ensayo") también leyó. "Sobre la libertad y su inexistencia" tituló el texto, una reflexión acerca de las condiciones de vida del hombre. Lo que pudimos sacar en limpio del debate (más allá de los acuerdos o diferencias) fue el carácter mayormente argumentativo y polémico de su ensayo y su distancia del género pedido en la consigna por la falta de interrogantes que deja abierto el texto. "Se pregunta y se responde" comentó alguien.

Recreo

Al regresar al aula, realizamos un ejercicio de escritura. Les pedimos a los ingresantes que escriban las diez palabras que salvarían si se avecinara el fin del mundo. Estas palabras tenían la posibilidad de "salvar" al mundo de su destrucción o, por lo menos, de ser su última huella. A continuación, leímos “Un signo en el espacio ”, de Ítalo Calvino (cuento que está en el cuadernillo), y reflexionamos sobre este relato y sobre las palabras y los signos en general.

El cuento costó un poco: "es un poco denso", "se me hizo confuso", pero sirvió para el debate: ¿qué es un signo? "La cruz roja", "una cruz", alguien dijo "los símbolos son signos". A partir de esta afirmación se planteó el siguiente interrogante: un vaso, por ejemplo, o una flor ¿no son signos? "Todo es posible de ser leído porque todo significa", explicó Gabriela.

Para finalizar, comentamos los textos teóricos que hay sobre el tema en el cuadernillo y dimos por concluido el encuentro.

La lengua: las lenguas (TN)

El encuentro comienza con la re-lectura del artículo teórico de Bravo y Ardúriz acerca del ensayo, que ya conocíamos del encuentro anterior sobre el tema. Verónica les indica trabajar especialmente las partes de definiciones y decálogo de características del ensayo y les pide que vayan poniendo entre signos de interrogación segmentos de esas explicaciones, como cuando trabajamos con la hipótesis de lectura. Compartimos y tomamos nota en el pizarrón de las preguntas que le habían hecho al texto, a sabiendas de que luego volverían como orientación de la lectura y comentario a los ensayos de l@s compañer@s. El primero fue Nicolás: “¿qué recurso utilizó para argumentar?”, que cambiamos por "¿qué recurso utiliza para argumentar?" porque para este tipo de preguntas a los textos preferimos un presente atemporal y explicativo en lugar del pasado “utilizó”, ya que lo que está en el pasado es nuestra lectura, no el texto en sí que describimos con unas características que vimos en él y deberíamos poder volver a encontrar. Destacamos además que es muy probable que un ensayo emplee unos cuantos recursos argumentativos pero que es interesante preguntar en singular puesto que a nivel de la estructura o el estilo alguno puede ser la marca de identidad del texto que leemos, no están todos los recursos al mismo nivel. Andrés pregunta por un tipo de recurso en particular: “¿qué función cumplen las preguntas en el texto?”.

Las preguntas aparecen también como modo de indagar el tema. Al respecto, Guillermo se sumó preguntando: “¿qué es lo que el texto se pregunta? ¿cuál es la pregunta que pretende contestar?”; alguien más: “¿qué verdad busca?”. Mariela en cambio se preocupó por “¿cuál es la antítesis central sobre el tema presentado?”. La palabra antítesis podía entenderse de dos maneras: por un lado como anti-tesis, es decir, como aquella posición contra la que se discute, y por el otro, como un recurso que presente las oposiciones que configuran el problema. En relación con la moral una de las preguntas fue: “¿cuál es el discurso moral o las costumbres que se piensan?”.

En otras preguntas comenzó a hacerse notar un poco más el lugar del lector: “¿qué espera el autor del lector?” o “¿a qué tipo de lector apunta?”, que fue seguida por una intervención de Nicolás en la que mencionó el concepto de “lector modelo”, es decir, quién se espera que lea el texto. Explicamos que este término lo conocemos de Umberto Eco -en Lector in fabula hay un capítulo con esta expresión como título- y se refiere a la relación dialógica que el lector real establece con el lector supuesto en el texto. Esta relación se manifiesta en el uso de las reglas de género (proponer mayor complicidad o, por el contrario, mayor distanciamiento para el cuestionamiento, por ejemplo) pensadas/ propuestas por el texto como instrucciones de lectura y en cómo el lector real las maneja (si las reconoce y las acepta, se une al juego, o si, por el contrario, las desconoce, o conociéndolas, las rechaza, discute o transgrede). Guillermo apunta que esto está relacionado con el “contrato de lectura” que establecen, por ejemplo, los diarios (que son pensados para públicos más o menos definidos, se refiere al perfil o "target") y Verónica señala que esto también ocurre en la literatura en lo que llamamos “pacto ficcional” y que se relaciona con la idea de verosimilitud. Aún en relación con la idea de diálogo que establecen los textos, la última de las preguntas fue: “¿de dónde / de qué saberes/ de qué otras voces toma sus argumentos?” ¿Preguntas que tuvieran que ver con el lugar del ensayo entre los géneros literarios? Responde Pablo: “¿siente haber encontrado algún estilo/una marca de estilo literario?”. Entonces, atendimos la necesidad de aclarar qué es lo que se entiende por “marca de estilo”: de un genérico "forma de escribir" (que podía referirse también a la estructura o a una postura enunciativa) especificamos que, por lo general, "estilo" refiere a la estructura de la frase, (uso de metáforas u otras figuras, alegorías, parodia de estilos de otros, reelaboración del lenguaje popular, extensión/ simplicidad/ complejidad de las frases, etc.).

Después de esto, se reúnen en grupos y, como han hecho ya con los cuentos, comentan (al menos tres) ensayos en proceso de sus compañeros. ¿Qué vamos a comentar? Vamos a elegir frente a cada ensayo leído qué pregunta/s es más interesante "leer"/"responder" sobre ellos y eso es lo que vamos a escribirles a continuación. En muchos casos, los comentarios se producen oralmente, así que reforzamos sugiriendo que para no olvidar algo que pudiera ser importante, tome nota cada uno de lo que l@s compañer@s le han dicho.

Mientras todos estaban sumergidos en la actividad, Vero había anotado en el pizarrón las siguientes preguntas (hurtadas a la creatividad de Silvina ayudante del turno tarde): ¿dónde está el lenguaje?, ¿cuántos órganos tiene el lenguaje?, ¿se piensa o se habla?, ¿qué esconde?, ¿las palabras o las cosas?, ¿quién está en el lenguaje?, ¿qué tiene el lenguaje que no tengo yo?, ¿de qué vive el lenguaje?, ¿alguien a algo se esconde en él?, ¿se puede nombrar lo que no existe?, ¿un lenguaje o muchos?, ¿se puede decir el silencio?, ¿es ausencia o presencia el lenguaje?, ¿qué tengo yo que el lenguaje no tenga?.

Y l@s ingresantes fueron invitados a hacerse responsables de su respuesta en el Génesis y el Apocalipsis. Eligieron individualmente una de las preguntas para contestarla desde la perspectiva del inicio o del fin del mundo. ¿Perderíamos la memoria de lo que sabemos si contestamos desde el comienzo de todo?, ¿podemos decidir qué memoria quedaría después del fin?, divinas inquietudes.

Al momento de las respuestas l@s apocalític@s comenzaron (no hay que ser estructurado, al fin de cuentas) por “¿de qué vive el lenguaje?”, a lo que contestaron: “de todo aquello de lo que se pueda dar una interpretación”; otros dijeron que “vive del hombre (…) Cuando el lenguaje deje de vivir el hombre se apagará”. L@s ¿"genétic@s"?, en la voz de Patricia, se preguntaron: “¿se puede decir el silencio?”; a lo que contestó: “No hay silencio, hay objetos fuera de mí que me dicen su nombre. (…) Le damos existencia a todas las cosas desde la palabra”. A esta pregunta el Apocalipsis respondió en la voz de Ángela (ironías del destino o alguien más que no encuentra su lugar en el mundo): “ Todo se puede decir. A veces decir es silencio. (…) Ahora todo es silencio”. Iván se cuestionó si se puede nombrar lo que no existe y respondió: “No se puede, porque al nombrar ya es algo”. Ante la misma pregunta, Teresa manifestó “no, no se puede; pensar tampoco; las cosas existen tal vez (…). Es mucha pretensión abarcar el mundo en la cabeza”. Nicolás señaló que lo que tiene él y no el lenguaje era la capacidad de modificarlo y Sabrina que lo que tenía el lenguaje y ella no era la evolución, pero sin la muerte. Andrés manifestó que para él había muchos lenguajes y que cada uno permite cubrir posibilidades de las que los otros carecen, así que definitivamente votaba para el fin del mundo "todos los lenguajes posibles". Nicolás se preguntó dónde vive el lenguaje a lo que respondió: “vive en todos; sólo morirá si mueren todos”.

¡RECREO!

(gracias Teo)





Al volver, se compartió en voz alta (a cargo de los estudiantes por pedido de ellos) la lectura de “Un signo en el espacio ”, de Ítalo Calvino y Verónica pide que marquen en el texto los pasajes con los que se sientan identificados con el protagonista. Al finalizar se piden comentarios sobre el texto. Nicolás resalta la ambientación que propone el texto, la idea de ese tiempo infinito, inconmensurable y lo observa también en el estilo: en la extensión y complejidad de las frases como si tuviera todo el tiempo del universo para terminar cada idea. Otros hicieron hincapié en el signo como creación grupal y peleaguda de la sociedad y cómo sus características no están en el afuera objetivo, sino como invención en la cabeza de quien lo produce. Iván señala cómo el vínculo (conflictivo entre Qfwfq y Kgwgk) nace a partir de la necesidad del signo. Antes esto muchos rememoraron el vínculo con el signo mismo y comentaron la vergüenza que les daba volver sobre escritos viejos (puntualmente sobre diarios íntimos) o la satisfacción que les daba encontrar sus signos en aquellos lugares (en cajones de hoteles, según confesión de Pablo) en los que los habían dejado muchos años atrás.

Ángela se había identificado en su reconocimiento de algo que aprendió de Eliseo Verón acerca de la “semiosis social”: cada acto puede producir sentido, es decir, ser signo y, al mismo tiempo, esas producciones de sentido pueden variar entre sí, pero eso no implica que se eliminen mutuamente, sino que se superpongan, que creen multiplicidad de sentidos que sean leídos de maneras diferentes según la red social que los establece y cada lectura produce signos y es leída a su vez, al infinito. ¿Semiosis? Produccion de signos, de significaciones (atribución a "algo" de su carácter de signo).

A continuación elegimos uno de los textos teóricos sobre el lenguaje para hacer la lectura comentada; tenemos para elegir Saussure, Barthes, Iturrioz y la RAE. Comenzamos con Iturrioz y sin avanzar mucho, ya surgen comentarios sobre el problema de las etiquetas. Much@s traen recuerdos del colegio en los que la ruptura de los estándares provocaba exclusión y peleas. Nicolás se acuerda de un compañero (con precisión: Moisés Tolaba) proveniente de una zona rural de Jujuy y de las diferencias en su forma de tratar a la gente (señala que era mucho más respetuoso que el resto) y del modo diferente a su vez de l@s demás para tratarlo a él. Una de las chicas recuerda un caso en el que el aspecto exterior influía en el trato que compañer@s y docentes tenían con ella. También comentan cómo las peleas entre padres por cuestiones como la diferencia de nacionalidad, repercuten en l@s niñ@s, ya que ell@s repiten discursos y actitudes sin ningún tipo de filtro de lo "políticamente correcto". Patricia comenta el problema de las etiquetas en l@s “niñ@s hiperquinétic@s” y cómo la ligereza a la hora de aplicarlas provoca niñ@s medicad@s, dopad@s. Después de varios relatos incluso autobiográficos sobre medicaciones y juicios pedagógicos de padres y de maestr@s a partir de diagnósticos (o pseudodiagnósticos) psicológicos, señalamos cómo esta terminología científica legítima que legitima decisiones muchas veces no es más ¡ni menos! que sentido común, lugar común. La estigmatización hace que se deje de actuar, o se actúe encansillando al otro. Varios de los relatos habían dado cuenta de lo que llamamos "efecto Pigmalión": la etiqueta termina por convencer y constituir identidad en l@s niñ@s desde el "problema". Ante esta referencia al poder simbólico de la palabra Julia y Patricia traen a cuento el texto de Dominici en el que él termina procesado por el sentido que "el juez" (y la sociedad y el lenguaje y el imaginario que él representa) le dio a la palabra y no por las palabras en sí de Dominici en su testimonio. Sabrina contribuye a este comentario asociándolo con la apología de Sócrates, ya que él fue juzgado por corromper a la juventud con su pensamiento, de la misma manera que a Dominici lo condenan por las representaciones que subyacen en sus palabras (y a las palabras de los otros...).

Finaliza el encuentro, anunciado su final por cinco gentiles minutos de indicador parpadeo de luces. (Habemus horologium et funcat).


Avisos parroquiales:

No olviden que la fecha de entrega de la versión final del cuento y del ensayo es el 27/02.

Están más que invitados a dejar como comentario las respuestas que Génesis y Apocalipsis dieron a las preguntas sobre el lenguaje (mil perdones, pero no nos daban las manos para copiar, sepan comprender…). ¡Gracias!


Yo tengo un amigo judío


Patricia, del turno noche, comparte con tod@s esta imagen para pensar en relación con el texto de Paola Iturrioz, "Representaciones" que se leyó en el último encuentro ("La lengua: las lenguas"):




sábado, 23 de febrero de 2008

Saquen una hoja

Acerca del examen para Ingresantes al Profesorado
de Castellano, Literatura y Latín

El examen previo al ingreso no es eliminatorio. Pretende constituirse como diagnóstico para que los y las profesores/as de las materias de primer año tengan elementos básicos acerca de los saberes de los y las ingresantes.

Por otra parte, este examen no pone el acento en los contenidos específicos de las materias de la carrera -pues estos serán abordados a lo largo de la cursada de las 32 asignaturas- sino en las prácticas de lectura de textos literarios, ensayísticos y teóricos vinculados con el lenguaje y la literatura como objeto de reflexión.

Las prácticas de lectura suponen comprender, interpretar, posicionarse frente a los textos con lo que el lector ya “trae” de sus experiencias previas de lectura y, a la vez, asumir una posición reflexiva de desafío y curiosidad frente a lo nuevo. En este sentido es que se concibe, de modo muy general, esta instancia en la que los y las ingresantes darán cuenta de su lectura.

Respecto de la escritura, se trabajará sobre un recorrido reflexivo por los textos literarios y teóricos y, por eso, se propiciará la producción de escrituras de cierta extensión, en las que las ideas se desarrollen suficientemente.

¿Qué tipo de textos pueden aparecer en el examen?

Serán textos literarios, ensayísticos y teóricos.

Se recomienda consultar el "El cuadernillo" (del Curso para Ingresantes al Prof. de Castellano, Literatura y Latín) que está en las fotocopiadoras del Instituto, en el que consta la totalidad de los textos abordados en el Curso para Ingresantes. La lectura del material brinda una idea acerca del tipo de textos (no se trata de que esos mismos textos vayan a aparecer en el examen).

Entre ellos, los siguientes pueden constituir una primera selección, solo con el fin de orientar un recorrido de lectura: el cuento de Antonio Di Benedetto, "Nido en los huesos"; el ensayo de Juan Sasturain "De qué hablamos cuando hablamos de fútbol" o el de Roland Barthes "El pobre y el proletario"; la mirada histórica sobre la lectura de Roger Chartier en "Leer en voz alta, leer en silencio", sobre la escritura puede consultarse los de Maite Alvarado "La resolución de problemas" y de Alvarado/Pampillo "Los géneros escolares"; sobre el lenguaje, se sugiere reconocer las diferentes preguntas que plantean Ferdinand de Saussure en "La lengua: su definición" y Paola Iturrioz: “Representaciones". Más vínculos a otra bibliografía leída puede hallarse en los registros de cada encuentro del Curso para Ingresantes.


Por cualquier otra duda, consultar escribiendo a la siguiente dirección de correo electrónico: ingresocastellano2008@gmail.com


Las profesoras: Gabriela Herrera y Verónica Pena

La Junta del Departamento de Castellano, Literatura y Latín

Lectura y escritura profesional/ izable (TN)

Ya que la visita a la Biblioteca pensada para este encuentro no pudo hacerse, Verónica propuso retomar los cuentos de Antonio Di Benedetto y los ingresantes eligieron comenzar por “Nido en los huesos”. Después de la relectura en voz alta, comenzó un largo debate acerca de la/s lectura/s de este cuento en particular, y uno más general acerca de la posibilidad de hacer diversas lecturas sobre un mismo texto, lo que al fin derivó en el inicio de escritura colectiva de un comentario al texto.

Gabriel: -La relación con el padre... Él siente que en su casa no está su hábitat natural, y por eso se tiene que ir a la palmera... no encuentra la contención en su casa, ni del padre ni de la madre; al verse inútil como el mono, se empieza a comparar, traslada su identidad a diferentes objetos, a la palmera, a los pájaros...
Sabrina: -Mi interpretación fue distinta, sociocultural... (ya saben que yo siempre me voy para ese lado). Me costó mucho leer y encontrarle la matáfora a este relato, lo leí como tres veces hasta poder pensar algo. Hay -creo- una metáfora de la diversificación socioeconómica. Me hace acordar a cuando Argentina se estaba insertando al mercado mundial".- Sabrina destaca varios párrafos para ir explicándose, se refiere al determinismo, al modo de representar la realidad propio del positivismo; recupera la caracterización del padre por el narrador- "le sobra tierra, le sobra dinero".- Entre otras citas- "si todos pusiéramos nuestra cabeza al servicio de la felicidad general, tal vez podría ser. Pero nuestra cabeza, no sólo el sentimiento".

Nicolás: -Invita a la reflexión, al razonamiento.- Releemos todo el párrafo.
Verónica: -... Y "así" -"No siempre fue así, sino apenas unos años, quizás unos meses"-, ¿a qué se refiere?
Julia: -A la relación con el padre... -nos ponemos a revisar los párrafos anteriores.
Buscan hacia atrás y encuentran los pájaros que silban "voluntaria y gozosamente". Pero responden explicándose lo que sigue, o en todo caso en relación con el conflicto (no responden de manera puramente informativa sobre "así" sino sobre "así" cuando se lee):

Gabriel: -Empieza a buscar un sentido a su vida, a servir para alguien.
Pablo: -Gana la "parte mala" de la cabeza (y se refiere a los buitres).
Me quedó muy fuerte lo del final, el fracaso.


Se produce una discusión sobre este final: ¿es esperanzado?, ¿parece de autoayuda: "tú puedes"?, ¿es ácido o irónico?

Lucía: -Trató de ser útil a los demás -cita el texto-. Se le llena la cabeza...
Guillermo: Cuando yo era chico y hacías cosas raras, fuera de lo normal, te criticaban por "tener pajaritos en la cabeza", acá alienta a que es bueno tenerlos.
Nicolás: -Puede ser malestar.

Patricia: -Me impacta que abarque los tres niveles humanos (cabeza, alma, cuerpo). El autor nos sopapea porque está mal en todo sentido y, a pesar de eso, tiene un mensaje de esperanza.
Andrés: -Es un relato escrito por alguien joven y esa es su gracia. Lo que antes era brillante, ahora es normal. Eso todos lo pasan. Yo al menos lo pasé. -Entonces, explica ese recorrido de fracaso, como uno de normalización, de perder los pájaros y crecer.
Patricio explica que él no siente que haya comprendido el texto sino antes bien que el texto lo ha comprendido a él, no sabe, no pueden "entender" por qué, pero hay expresiones e imágenes que del relato en las que se siente comprendido. Casi como si fuera exactamente el mismo tema, Patricio explica cómo el personaje busca la comprensión de los otros, su aceptación, no la consigue y llega un momento en el que él se acepta: -El nido es un mundo que se crea donde se aprende a aceptar. Fracasa en su intento. Es un romántico y ve en eso algo más, pero lo sigue defendiendo, vale la pena para él.
Guillermo: -Llegó a rincones de él mismoque no pensaba encontrar. Cosas de sí que él mismo no entiende.

Aquí recordamos la expresión popular para algo que nos obsesiona: "me come la cabeza".

Gabriel: -Dice "intentalo igual". Él mismo se empieza a asumir.
Belén: -Él relata que comprende la marginalidad porque la vivió. Que se pretenda que va a ser algo que no va a a ser nunca, quedar en la marginalidad. Cualquier persona que esté dispuesta a ofrecerse para un cambio va a fracasar, porque está solo, pero dice que hay que hacerlo. -Y esto nos devuelve a revisar la hipótesis de Sabrina y cómo -aunque no encontramos marcas que hablen de la historia política y económica de nuestro país- algunos de los sentidos implicados en ella, han sido retomados -con otras palabras quizás- en lecturas diferentes: la oposición mono/hombre como propia de una representación progresiva de la evolución darwiniana, similar a la que puede ver la historia como evolución, el determinismo que condenaría a la palmera, al mono y contra el cual el niño intenta hacerse hombre de su destino, no terminar puro cráneo, tener pájaros en la cabeza; la necesidad de la conciencia, de no ser puro sentimiento, de ser alguien para los demás; todos estos aspectos resuenan también como aspectos de una reflexión que no queda en el puro y abstracto individuo sino que convoca la mirada sobre los vínculos sociales (recordamos las caracterizaciones de padre y madre).

¿Algo anotaron, quisieran proponer a la discusión y todavía no se ha mencionado? Julia propone: -¿Por qué "Nido en los huesos"?... El título...
Andrés: -Está en el texto.
Julia: -El alma está en un cuerpo.
Se vuelve sobre indicios ya mencionados de la lectura: que en el nido de nace, que los huesos son lo más íntimo, lo que queda de lo que picotean los buitres.

Nicolás: -Es un resurgir.
¿Y si hubiera un verbo en el título?
Patricia: -"Hacer un nido de tus huesos", es esa esperanza de la que hablábamos.
Con respecto a la frase: "yo no soy el mono", Gabriel propone "Está dialogando con el padre", Nicolás que: "tengo que afirmar que yo no soy lo que ven aunque los demás no lo vean"; Julia: "está diferenciándose de un animal: no reacciona por instinto, puede elegir".





Se propusieron como puede verse varias entradas al texto, distintos tipos de alusiones a las que el relato podría estar haciendo referencia: quien leía desde estudios y pasiones previas, desde su propia experiencia personal, desde lecturas (Los hermanos Karamazov o Platón). Al mismo tiempo este hecho en sí era pensado:

Sabrina: -Mi interpretación fue distinta… no puedo decir que tenga una real interpretación del texto, (aún) después de haberlo leído varias veces.

Gabriel: -Se lo leí a adolescentes y no les expliqué nada… uno dijo: “ahora sé cómo enfrentar a mi padre”… Cada uno lee desde el lugar que le gusta, tiene que ver con el lector, con lo que a él le gusta

Sabrina: -Siempre tiendo a ver las cosas o filosófica o históricamente… yo no puedo decir que mi lectura está bien. Me gustó escuchar otras, porque nunca lo hubiera pensado así

Gabriel: -Cuando uno lo lee, se identifica con algún personaje… es la reflexión personal desde lo cotidiano.

Patricio: -No entender me molesta, me causa ruido. Es una sensación psicológica: las metáforas me identifican. Si bien no las entiendo, algo de mí tienen.


Luego se inició una producción colectiva. En primer lugar, tuvimos que decidir qué idea queríamos dejar a nuestros lectores sobre el cuento de Di Benedetto, una proposición que pudiera dar cuenta de la lectura construida por las relaciones más intrincadas entre las ideas propuestas durante el diálogo sobre el relato. Recuperamos la noción de proposición para poder construir nuestra “tesis” (muy aproximativa); jugamos a postular temas de los que el cuento nos había hablado y cosas que nos había dicho sobre esos temas, e incluso a imaginar combinaciones posibles entre ellos. Aunque la lectura sociohistórica y economicista de Sabrina había sido sutilmente reformulada por la profesora, y descompuesta en sentidos implicados en ella, provocativamente y con buen humor se convirtió en la hipótesis de partida: “El cuento de Antonio Di Benedetto “Nido en los huesos” nos plantea la tensión entre el determinismo, como mirada positivista de la realidad, y su relativización a través de la duda.” (en el medio discutimos sobre dónde podían o no ir las comas, sobre qué términos eran los coordinados, sobre el uso del pronombre enfático “misma”)…

Entonces, se propuso interrogar segmentos de esa hipótesis, para pensar un posible desarrollo del resto del texto de comentario: había que explicar cómo se hace ese planteo, cómo se reconoce, en qué, esa tensión; dónde se ve representado el determinismo y dónde la relativización de la realidad que este construye, dónde aparece la duda, cuál es la realidad que se construye. Entre varios fueron proponiendo que para responder a esas preguntas en algún caso se podía tener en cuenta la construcción de los personajes (incluida la relación entre ellos): el determinismo era parte de lo cuestionado en la relación padre/hijo, en la relación mono/hombre, y entre estos últimos y su ambiente, su espacio. Justamente, los espacios (la palmera, todo el cielo, el cielo del lado del río, los cajones y baúles, los huesos) podían estudiarse para pensar justamente la aparición de la duda (presente también en palabras reiteradas y en estructuras sintácticas que favorecen la ambigüedad, señaladas en el relato durante el diálogo sobre él).


RECREO




Se intercambiaron, grupalmente, los textos producidos por los ingresantes (dos encuentros atrás) que recuperaban recuerdos infantiles. Se propuso hacer una lectura de cada texto individualmente y darle una devolución por escrito al relato del otro (rescatar algún punto en particular, hacerle preguntas al texto). Luego les propusimos que, teniendo en cuenta los comentarios de sus compañeros, escribieran, para el miércoles 27 de febrero, la ficcionalización de esos relatos: inventar una historia que los incluya y los transforme en ficción.


Después, se leyeron la narraciones de experiencias de escritura de alumnos y egresados del Instituto de distintas generaciones y se les pidió a los ingresantes que apuntaran aquello sobre lo que los habían hecho pensar los relatos. Algunas de las respuestas fueron:
“Me sentí identificada con Eva, en eso de compartir lecturas, de generar espacios.”
“El de Eduardo, que renegaba de la escritura y pensaba que no podía pedir eso a los alumnos. Yo también reniego de la escritura. Fue un golpe, así…”
“El de Andrea… me gustó lo que puso de la última monografía… eligió algo que le parecía complicado y lo hizo igual… es una satisfacción poder llegar a esa instancia, poder superarlo.”

Verónica les recordó que llevaran, pasados en limpio, el viernes los escritos de reflexión, que habían comenzado en el encuentro anterior (Escritura: el ensayo).

viernes, 22 de febrero de 2008

Escritura y lectura profesional/ izable (TT)

Registro del Encuentro 7 (TT)

“Sí, fue triste… Pero pidió morir, y murió a sabiendas de que algo renacería en su lugar…” (Eva)

La clase comienza leyendo relatos de alumnos y ex – alumnos que cuentan sus experiencias de escritura en el profesorado y fuera de él, como docentes, como personas que escriben. Hablamos de que uno sigue perteneciendo un poco a los lugares, aunque ya no esté en ellos; sin duda, estos relatos que nos identifican, nos conmueven, nos recuerdan, dan cuenta de esto. Comentamos, también, que un alumno de un profesorado escribe no sólo lo pedido en las materias (monografías, exámenes, etc) sino también cosas que tienen que ver o no con ser alumnos: escrituras literarias, desde los márgenes.

Luego, pusimos en común las lecturas realizadas. Anotamos en el pizarrón los nombres de los autores: Sylvia, Eduardo, Juan, Eva, Andrea, Adrián, Bruno.Una primera voz dijo: “Me gustó la de Eva, que contaba de una revista”. Hacía referencia a Troiana fabula, una revista editada por alumnos del departamento que, como se contaba en el relato, ha muerto. La decepción de algunos alumnos (a poco de enterarse de la revista, también se enteran de su muerte) se plasmó en la pregunta: “Pero, ¿por qué murió?”. Tatiana apuntó: “Es preferible que muera a que sobreviva; es una manera de crecer”; Mechi (que había formado parte de la revista) confirmó los motivos y amplió las palabras del relato. Se habló de la escritura que intenta correrse del estereotipo, de la norma.

Dafne se identificó con el relato de Andrea. Acerca del relato de Adrián, Candela responde que “habla de aquellas cosas que lo hicieron elegir la carrera, de sus referentes escritores ”; se dijo que allí había algo de continuidad, “muere una cosa y comienza otra”. Algunos mencionan que, además, “habla del curso de ingreso, de otra experiencia de escritura como es un examen obligatorio”. Pasamos al primer texto escrito por Eduardo, del que se afirma que “tenía que borrar toda huella de lo político" para actuar políticamente durante la dictadura. Sobre el otro relato de Eduardo, Marcela comentó: “cuenta desde su experiencia como profesor lo que es el miedo a escribir; razón por la cual fue a un taller literario”. Jazmín dice que en ese taller Eduardo se reconoció como alumno. Tatiana recuerda que esto de seguir siendo alumno es algo que ella había querido rescatar en su descripción del docente (actividad de un encuentro anterior): “mi profesora era una alumna constante, ella siempre nos decía que seguía aprendiendo de nosotros”. Esto nos remite al primer encuentro del curso de ingreso (cuyo tema era la pregunta y la búsqueda del conocimiento). Candela destaca que: “él supo asumir que dentro de su profesión había algo que tenía que seguir aprendiendo”.Natalia nos lee un fragmento del texto que había marcado en relación con animarse a escribir, perderle el respeto la escritura. Cuando escribimos también hay un descubrimiento y un nuevo aprendizaje. Alguien menciona el texto de Sylvia Nogueira, profesora de Latín en el Joaquín. En el texto de Andrea también encontramos la idea de que la escritura es construcción del conocimiento, es encontrarse a uno mismo. Hablamos sobre el texto de Juan, que cuenta sobre reescrituras y relecturas, sobre nuevos sentidos. Lorena lo relacionó con lo que pasa con los libros cuando los volvemos a leer en otro momento: “a veces pensás una cosa sobre algo y después, al tiempo, otra”. Amparo dice, sobre la experiencia de Bruno: “suma más debatir en grupo, aporta más miradas, otros puntos de vista”. Alguien agrega: “hicieron los tres trabajos como si los tres fueran propios”.

A continuación, leemos entre todos, algunos fragmentos de los textos de Maite Alvarado (especialista en talleres de escritura) que aparecen en el cuadernillo. A partir de la lectura de fragmentos de estos textos surgen diversos temas: la escritura y el pensamiento no van separados; la importancia de hacer conscientes los mecanismos y procedimientos que se llevan a cabo en el proceso de escribir; la recepción diferida (en otro espacio y en otro tiempo); la distancia que permite la escritura, también en la lectura de un texto propio; escritura de exámenes y trabajos: borrar o no borrar, tachar o no tachar (y cómo tachar). Nicolás: “un profesor de literatura que tuve nos decía que no tacháramos y que no borráramos, no sabíamos qué hacer si nos equivocábamos, tenía que pensar como diez minutos cada palabra”. Alguien comenta (varios compartimos el mismo recuerdo): “una profesora nos hacía tachar con regla, una sola línea, para poder ver en lo que nos habíamos equivocado”.

Luego, pasamos al segundo momento de la clase y leemos un cuento de Silvina Ocampo, “La soga”. Recordamos, antes de leer, la escritura colectiva que habíamos hecho del cuento “Casa tomada” de Julio Cortázar, y señalamos que con “La soga” también vamos a empezar a plantear un análisis de este tipo. Analizamos entre todos el cuento, encontramos hipótesis, pensamos posibles justificaciones, comentamos lo que nos llama la atención. Rosario va volcando las voces en el pizarrón:

A partir de esto, se propone volver a los textos críticos de Mancini y Pezzoni para plantear un análisis del cuento. Se hace hincapié en que no tiene que ser un texto cerrado, pueden empezar con uno o dos párrafos. Se recomienda que no traten de abarcar todos los aspectos del cuento, que elijan un tema por donde “entrar” al texto, que planteen una lectura posible, utilizando citas del cuento y de los textos críticos para fundamentar el análisis. Otras aclaraciones tienen que ver con no contar el argumento, sino aportar un análisis propio; poner entre comillas la voz de otras personas.

RECREO

“A días de haber comenzado las maravillosas clases del curso de ingreso (...) falleció Cortázar. También, por esa época, falleció Marguerite Yourcenar. ¡Qué interesante! Dos de mis referentes literarios más importantes no sólo terminaban de respirar, sino que no iban a escribir más y yo empezaba mi recorrido por la literatura y, sobre todo, por la pretendida enseñanza de ella.” (Adrián)

Volvemos al tema del ensayo. Rosario lee “Escándalos” de Juan Gelman. Luego (en una charla coordinada por las ayudantes Rosario y Mechi) conversamos sobre el texto: qué tipo de texto es y por qué. Dicen que es un ensayo porque “hace una defensa de la poesía”, “se pregunta y se responde, llega a una conclusión” (Jazmín), “cita a distintos autores para fundamentar un punto de vista” (Dafne), “hay una marcada personalidad”, “da su opinión”. Preguntamos cómo se manifiesta en este texto la primera persona y hablamos acerca de Juan Gelman. Nos preguntamos también por qué caracteriza la poesía como "un escándalo": “porque es revolucionaria” (Jazmín), “es positivo” (Pablo), “porque nadie va entender que pida poesía y no jabón o comida” (Tatiana); concluimos en que “lo escandaloso es lo que sale de la norma, es lo extraordinario”. Dafne cuestiona: "¿por qué asociar la poesía con la belleza?"; a lo que Jazmín contesta: “todo lo que va hacia lo literario es estético”. Silvina destaca que en el texto no se hace mención al concepto de belleza tradicional, y agrega: “Gelman cita a los poetas malditos y dice que eso es belleza”. Tatiana opina: “esa cita es escandalosa”.

Silvina (ayudante) propone una consigna de escritura para trabajar con el texto de Gelman (que los ingresantes pueden enviar por mail o entregar antes del último encuentro): reescribir el texto de Gelman como género poético, transformarlo en una poesía, decir para qué sirve la poesía con (o en) una poesía. Gabriela agrega: "subvertirlo, escandalizarlo". Aclaramos que se pueden usar palabras o citas, parafrasear, crear otro texto completamente nuevo que diga de alguna manera este ensayo, jugar con la disposición gráfica, proponer nuevos sentidos.

Recordamos que para el viernes hay que traer pasado en limpio el ensayo del ensayo (para esto deben tener en cuenta que el ensayo no es una escritura que cierra, que clausura sino que reflexiona) y leer el texto de Barthes “Domici...” del cuadernillo.

Por último, retomamos las anécdotas infantiles escritas en otro encuentro, que había que llevar pasadas en limpio: cada grupo intercambió los textos entre sus integrantes. Leyeron el texto de los compañeros y le agregaron comentarios, preguntas, sugerencias para seguir trabajándolo. Cada texto se llevó el comentario de distintos comañeros. Recordamos que cada lectura es una escritura.

Pasado un rato, pusimos en común algunos textos:

  • Marcela lee el texto de “alguien” acerca de las paperas: “recuerdo las paperas como un recuerdo especial...como una fiesta porque en ese momento mi mamá estaba cerca...tenía nueve años...hasta ese momento me sentía desplazada por mi hermana...me había llegado el cuidado tan postergado: la cama, la comida...No era un fastidio, sentí que recuperaba mi lugar...tomé conciencia de lo incompleto de la relación...”

Recordamos que la propuesta ahora es que lo ficcionalicen, que lo vuelvan literario. Empezamos a hablar de la anécdota que leyó Marcela: “es más que una anécdota, pone sentimientos” (Dafne), “es como una confesión” (Tatiana). Gabriela comenta que este texto está casi contaminado con el ensayo, hay una reflexión desde el presente. Aparecen algunas propuestas de ficcionalización: “modificar el lugar en el que se ubica ella, ella siempre imaginando”; “darle la voz a la niña”; “volver a qué sintió la niña” (Candela); “una voz de la madre, donde la madre pusiera justificación de ella”. Hablamos de los puntos de vita, de que es mejor que no quede todo explicitado. “Me gustó que la enfermedad es la ocasión para el encuentro”, agrega una compañera.

  • Carla lee su texto que también es sobre las paperas: “Me acuerdo porque era noche buena...me sentía molesta, afiebrada, mi hermana estaba conmigo también enferma, pero ella dormía...mi mamá estaba seguramente sirviendo la mesa, atendiendo a la gente ya que religiosamente todas las noches buenas era así...eso era lo más terrible... ella era un ser malvado que me había abandonado...decidí gritar y chillar, pero justo eran las doce y con los cohetes nadie me escuchaba...me invadió la rabia...apareció mi mamá, la abracé llorando...”.

    Y ya habíamos trasgredido demasiado el horario, el tiempo.

miércoles, 20 de febrero de 2008

La escritura: el ensayo (TN)

A las 18.30, se hicieron presentes los representantes estudiantiles de la Junta Departamental, para presentarse y explicar su función.
Al inicio del encuentro, se les recordó a los alumnos los temas de cada uno de los encuentros y se les repitió la consigna de escritura pendiente para el viernes: se trata de relatar un recuerdo de la infancia de la manera menos literaria posible. “Es para que ustedes no se pierdan del proceso” aclaró ante las dudas.


Hoy, la escritura. Como primera actividad grupal, repartimos una serie de láminas de cuadros en cada grupo y pedimos que traten de hacer una lectura de cada imagen. Luego tuvieron que agregarle cada uno a los cuadros algún o varios comentarios. Una alumna, Gabriela, preguntó “¿puede influir mi comentario?”. La coordinadora responde “claro, seguro que va a influir”. Los cuadros vuelven a circular en el grupo, ahora con los comentarios que se agregaron. La lectura de la imagen ya no es la misma, cambió al tener en cuenta otras miradas: la de los compañeros.


La segunda actividad fue de escritura. Cada ingresante anotó al dorso de un papel un objeto (concreto o abstracto) que sea motivo de frecuentes reflexiones personales; y en el reverso, un objeto cotidiano que haya visto en los cuadros. Con esos dos objetos armaron una metáfora. Luego esa metáfora se transformó en el disparador de un texto de opinión y reflexión sobre el tema.


Acto seguido, las ayudantes y la coordinadora realizamos una ronda de lectura. Cada una leímos un texto: “Piel de Judas” de Juan José Panno, un cuento de Fontanarosa, una noticia disparatada y “Escándalos” de Juan Gelman. Eva cerró con “De qué hablamos cuando hablamos de fútbol”, un ensayo de Juan Sasturain que se encuentra en el cuadernillo del ingreso. Y luego…










RECREO


Al regresar, hicimos una lectura silenciosa de “El pobre y el proletario” de Roland Barthes y de “Acerca del ensayo” de Bravo- Adúriz (ambos materiales del cuadernillo). Luego reflexionamos sobre el texto de Sasturain y el ensayo como género.

Ya iniciado el debate, la coordinadora propuso que pensemos a los textos escritos a partir de la metáfora como un inicio de ensayo. Varios compartieron su texto con todo el grupo. La primera en leer fue Gisela, su texto empezaba así: “Al fin y al cabo, la vida es como una escalera. Cuando subimos, avanzamos y podemos lograr nuestras metas.” Surgieron muchos comentarios. Algunos más relacionados con la idea en sí y otros más reflexivos acerca de la escritura. “La voz de ella aparece en primera persona del plural” acotó alguien. Andrés quiso colaborar con la futura reescritura del texto: “También podría seguir escribiendo, repreguntándose lo que ya escribió.”





La segunda en leer fue Florencia. Su metáfora comparaba la confección de un vestido con la realización de sus metas y sueños. “Primero tengo que moverme para conseguir la tela, después enhebrar la aguja en el colectivo…”. Nuevamente la discusión no fue unilateral. Muchos opinaron sobre el texto “Parece una receta”, “Es un anacronismo”.
Siguió la lectura de Úrsula: “Está el tema del miedo. No quiero cometer los mismos errores que mis padres o mis abuelos. Quiero formar a alguien fuerte pero sin maldad.” A partir de esta lectura discutimos acerca de la mirada más “desde afuera” que usualmente mantiene el autor de un ensayo sobre el tema que trata.

Recibimos también la lectura de Patricia sobre la niñez “Los chicos, chicos son. Ver a los niños como un reflejo de nosotros, los adultos, es atentar contra su condición. La sociedad los hace quemar etapas. Sin querer, los hacemos tomar decisiones.” “Hay un endiosamiento de la juventud”, planteaba su ensayo más adelante. Renata remarcó la falta de argumentación y de ejemplos concretos. A Juan Manuel le resultó menos literario “más tajante”.

Por último, leyó Damián “A veces me encuentro en situaciones cotidianas en el malhumor eterno, en la queja constante.” A partir de esta lectura, se estableció una relación con el texto de Barthes y la discusión giró hacia ese material. ¿Cuál es el tema? ¿De qué trata el texto? ¿Qué rasgos tiene de ensayo y en qué se diferencia de los otros ensayos que leímos?



Para finalizar el encuentro, recordamos las tareas para los próximos encuentros: lectura de “Dominici o el triunfo de la literatura” R. Barthes, reescritura del relato basado en un recuerdo de la infancia, reescritura del ensayo que empezamos hoy.

martes, 19 de febrero de 2008

La escritura: el ensayo (TT)

El espacio está organizado para que los ingresantes se acomoden en grupos de cinco o seis personas por mesa. Se da inicio al encuentro cuando entregamos a cada uno de los subgrupos varias láminas con reproducciones de cuadros, entre las que figuran obras de Rembrandt, Toulousse Lautrec, Xul Solar, Pettorutti, García Uriburu, Seguí... (variadito). Observan los cuadros buscando objetos, personajes, circunstancias que por la luz, trabajo con texturas y color, el tipo de trazos y de líneas, la ubicación en el espacio llamen la atención: ¿qué dice sobre ellos este modo desconocido o inesperado de representarlos?

La primera en compartir su experiencia es Carolina, que comenta un cuadro de Ernesto Bertani "Remolino de amor" (de la serie Besos y abrazos ) haciéndose portavoz de su grupo: “Nos llamaron la atención los colores, las formas, la ropa… forman figuras humanas, dan la sensación de asfixia, ahogo, aunque el tema sea el amor, no se ve relajado...”. Tatiana se detiene en el hecho de que no aparezca las cabezas. Y ante la búsqueda de otro cuadro que podría formar parte de la misma serie, Pablo muestra “La trenza” y resalta la sugerencia al tema de la corrupción por parte de las figuras que están metiéndose las manos en los bolsillos. No hay espacio para el cuerpo, todo es ropa. “Tampoco se les ve las cabezas”, agrega Pablo. Volvemos al cuadro "Remolino de amor": ¿qué es lo inhabitual? Carolina reflexiona acerca del devenir de las relaciones entre hombres y mujeres que muchas veces pueden volverse asfixiantes. Pasamos al cuadro "Ombú y pampa" de Nicolás García Uriburu: “tiene el tronco del mismo color que la copa”, comenta Tatiana. “Como si el árbol se hubiera devorado toda la pampa y hubiera dejado todo agreste alrededor, al contrario de como uno la conoce” agrega Soledad. Candela elige el cuadro de “El diseñador” de Ernesto Bertani y destaca que la figura del diseñador escribe afuera del papel: “no hay tanta voluntad del que dibuja, el dibujo se da por sí mismo, hay cosas que exceden al que lo diseña”. Alguien elige para observar, un cuadro más clásico: levanta de su lectura que la modelo está atrás del pintor que se encarga de pintar no sabemos qué. Sorprende la naturalidad con la que es tomada la desnudez. En "Puesta en escena" de Polesello una ingresante encuentra: “figuras geométricas, recortes de otras obras de arte, colores fuertes y apagados, tensión entre lo contemporáneo y lo arcaico, figuras modernas y barrocas”. Aquí conversamos acerca del Barroco en tanto movimiento artístico, histórico y sociocultural. Pablo se refiere al tema del horror al vacío presente en la construcción de obras de arte barrocas. De ahí su sobrecarga, su exceso, su desmesura, que se vuelve al mismo tiempo denuncia de ese vacío. “El granero del mundo” de García Uriburu también trae asociaciones y preguntas: “¿por qué al revés?” interpela Tatiana, a lo que se responde que tal vez como una ironía por que tanto maíz hay en una tierra con tanta hambre.

Luego, de manera gradual va tomando forma la consigna de escritura. En forma individual, se les propone que busquen alguna temática, algún objeto concreto o abstracto que sea motivo de reflexiones frecuentes: eso en lo que nos gusta ponernos a pensar (tomn nota con alguna palabra clave); el siguiente paso consiste en reflexionar acerca de la manera en la cual se piensa siempre el tema planteado, en relación con la mirada personal que no es la manera en que otros miran la cuestión (como sucedía con la forma de representación en los cuadros, en los que no se “imita”, sino que se plantea lo representado desde una subjetividad): ¿qué es lo que cada uno tienen para decir sobre el tema que eligieron"? (toman nota de esto, algunos ya se enganchan a escribir más largamente, pero son interrumpidos). "Piensen en un objeto muy cotidiano que pueda servir como metáfora o imagen de su idea más poderosa: una puerta (mirada del lado de adentro, mirada antes de entrar), una silla rota, una hilera de dientes, las manos de alguien, unos zapatos caminados, un collar, las manchas de chocolate alrededor de la boca de un nene goloso, una mesa de madera llena de escrituras a fuerza de cuchillitos o trichetas, etc. De a poco, cada uno a su tiempo, comienza a escribir. Antes, la aclaración de que el texto en germen no es definitivo sino que se trata de apuntes personales acerca de la cuestión.

L@s que van terminando se intercambian los textos y se leen entre ell@s, otr@s siguen escribiendo. Más adelante volveremos sobre los escritos.

Antes de la lectura del texto de Juan Sasturain “De qué hablamos cuando hablamos de fútbol”, recuperamos la información que tienen l@s ingresantes acerca del escritor y recordamos que el título ya había aparecido en uno de los encuentros: “en el de la literatura mirada desde otras disciplinas” recuerdan entre Tatiana y Leonel. Todavía sin adentrarnos en el texto, no hace falta decir nada que ya se debate la temática planteada en el título del artículo. Hablar de fútbol: partidos, resultados, estadísticas, análisis, para nuestro periodista deportivo Guillermo. Para Naida, un arma para la lucha contra la opresión del género femenino: “en mi colegio eran todos típicos machistas, que decían que las mujeres no podían hablar de fútbol, entonces hicimos un proyecto de investigación sobre las capacidades cerebrales de las mujeres y los hombres, y al ver que eran iguales, que las mujeres podíamos mirar y entender de fútbol y nos empezó a gustar.” Para Ayelén, hablar de fútbol es hablar de política y de cultura, reconoce su potencia y dimensión en tanto fenómeno sociocultural, "te guste o no te guste, te parezca bien o mal, no lo podés negar". Refiere que al respecto un libro de Eduardo Galeano El fútbol a sol y a sombra. Dafne recuerda la concepción borgeana de nuestro juego popular: “son once idiotas (pelotudos dirá Sasturain) corriendo atrás de una pelota”. Tatiana la remata citando a su abuela “que encima pisan la pelota y la dejan pasar”. Para algunos, es sólo un deporte más (algo así como que no hay que darle la envergadura con la que se justifican la violencia, lo que provoca rechazos sobre él). Para Marcela, lo que se mezcla al fútbol (negocios sucios varios, política, enfermedad) no es exclusivo de este deporte (se puede ver en otras actividades, como la moda) pero no llama tanto la atención porque no son tan masivos ni populares. Pero para Ayelén, es mucho más justamente el peso de esas asociaciones por la popularidad y el protagonismo que tiene dentro de la sociedad: “es otra cosa el fútbol, significa mucho más” porque no sólo mueve masas de dinero sino también masas de gente. La discusión sigue, pero si de algo estamos seguros es de que hablar de fútbol es hablar de política, de economía, de locura, de violencia, de cultura, de salud, de cuestiones relativas al género…

A continuación, leemos oralmente el texto. Luego, releen de manera silenciosa, señalando cuestiones que desconozcan y quieran preguntar, frases que destaquen, todo para compartir con sus compañer@s. Acerca de las dudas, entre tod@s hacemos una breve referencia a los escritores que aparecen nombrados en el texto (entre ellos Aguinis, Perec, Salinger, Macedonio, Sebreli…) y a sus principales obras. Entre las frases, la primera es la que está en latín: vox populi, vox dei. Allí reconocen mediante la traducción (“la voz del pueblo (es) la voz de dios”) las bases léxicas de las palabras españolas; y con un poco de ayuda, que es la –i la que está indicando lo que ven como complemento en los dos términos del paralelismo en castellano, la función sintáctica. Les contamos que a esa “desinencia”, como ellos la llaman, se la denomina "caso", porque es lo que "cae" ("ocaso" es la caída del sol), cambia en la palabra mientras la "base" queda estable.

Con respecto a otras frases que les llamaron la atención, Tatiana lee la última parte del texto: “la experiencia futbolera tiene-para el que puede o quiere- con qué alimentar la aventura personal de inventarse un sentido”; y reflexiona :“se puede aplicar a todo: a la música, a la literatura…”. Candela agrega: “desmitifica ambas tendencias, cada uno lo toma como quiere, siempre va a haber algo que produzca lo mismo. La importancia está si vos se la das…”. Ayelén destaca del texto, el uso de expresiones divertidas, personales, como “tan opio y tan religión” y también el poner en comparación, al mismo nivel, cosas muy divergentes y enumeradas en una gradación: "como el amo, el dios de Abraham, el peronismo, el hipo y otras escurridizas entidades". “En todo caso es tan absurdo el fútbol como ir a trabajar a la oficina de saco y corbata” recupera Amparo en el mismo sentido. “Todo depende del punto de vista” agrega Jazmín. Candela sugiere que la gradación tendría que completarse con “pasarse la vida escribiendo ”. Aquí surge la cuestión de si el autor se involucra en el texto. Tatiana dice que sí, en las parentéticas "discuten (discutimos)" y "estos son (hemos sido, acaso)"; también en otras primeras personas del plural y se hace referencia al final del segundo párrafo "hartos ya de populismo y de nosotros mismos".

“¿Qué es esto que leímos?”, “Un ensayo” dice Victoria... que ha observado en el paratexto del cuadernillo el título del encuentro "La escritura: el ensayo" y que además, encuentra una estructura particular que recuerda de la escuela: tesis, desarrollo con argumentos en donde se incluyen citas, y una conclusión. Igual, completa explicando que no es objetivo, se hace presente el autor con la primera persona. Algunos hablan de opinión, otros de crítica. Aparece la idea de que se permite cierta irresolución. Se lo considera como una serie de pensamientos ordenados vinculados a asociaciones personales. Por ello su libertad en cuanto a la explicitación de la opinión, del uso de vocabulario informal... Se libera de las ataduras de los escritos académicos, en la medida en que tiene muy pocas obligaciones. Aspira a la belleza del pensando.


¡RECREO!



En el momento en que regresamos de la pausa, ingresan al aula l@s representantes de alumn@s de la junta departamental, para darles la bienvenida y para recordar que ante cualquier inconveniente pueden contar con ellos enviándoles un mensaje de correo electrónico a alumnosdecastellano@yahoo.com.ar

Luego de una charla de las inquietudes acerca de la carrera por parte de los estudiantes, retomamos el tema del encuentro. Hacemos referencia a Theodor Adorno y a su ensayo “El ensayo como forma”, en el cual afirma entre otras cosas que un ensayista es un lector que escribe. Entonces proponemos un pequeño ejercicio en el cual cruzamos esto que plantea Adorno, leído de forma interrogativa, con el texto de Sasturain:¿qué lee Sasturain? Algunas respuestas: la realidad, acciones, literatura, polìtica, diferencias, discontinuidades, ciertos autores, lo que ellos leen en el fútbol…

Se propone a continuación la lectura del texto de Bravo y Adúriz, para que cada uno elija alguna de las definiciones sobre el ensayo que allí se exponen y las ponga entre signos de interrogación. Candela cita aquello de que el ensayo no pretende agotar temas, que no es conclusivo, que abre a la polémica, entonces, preguntamos a un ensayo hipotético que leyéramos: ¿qué polémica abre?, ¿por dónde no agota el tema?, ¿a qué espacios de tratamiento del tema se niega?. Tatiana se pregunta si las ideas son el corazón del ensayo, entonces, ¿cuáles?; otra voz pregunta ¿en realción con qué crisis piensa su tema?, ¿puede alcanzar la extensión de un volumen completo? pregunta Viviana y mencionamos de Saer, El río sin orillas, alguien recuerda del texto el citado Elogio de la locura de Erasmo; Nicolás: ¿une al arte y a la teoría?, ¿qué artes se unen a qué teorías? y Tatiana agrega entonces, en el mismo sentido: ¿qué sentimientos a qué conocimientos?

Amparo pregunta si acaso el texto que tuvieron que escribir acerca del cuento de Cortázar “Casa tomada” no puede pensarse como un ensayo. Concluimos en que está cercano ya que puestos a comentar un texto literario no les hemos exigido, como caracteriza a la crítica, el manejo de un cuerpo teórico ni la demostración acabada de una hipótesis de lectura.

Luego se produce la lectura oral del texto de Barthes “El pobre y el proletario”. La idea es pensar sobre este ensayo algunas de las preguntas recientemente formuladas. Ante la pregunta sobre cuál es la polémica que abre, comienza Dafne refiriendo a la relación entre arte y la política. Sobre las imágenes opuestas surge: el pobre y el proletariado, la comida y el hambre, el arte de Chaplin y el arte social (“arte al servicio de la política” aclara Candela). Acerca del texto de Barthes se plantea que un arte no propagandístico puede ser mucho más potente, en cuanto a sus significaciones, que el arte que se autodesigna comprometido: “ver que alguien no ve, es la mejor manera de ver intensamente lo que él no ve ”, “Su anarquía, discutible políticamente, quizás represente en arte la forma más eficaz de la revolución ” son citas que vuelven. Ya sobre el final de la clase, se pide que lean el texto de Barthes “Dominici o el triunfo de la literatura” para el 22 de febrero. También, que piensen desde las preguntas planteadas, los apuntes que tomaron al inicio del encuentro, que lo pasen en limpio, lo pulan y entreguen la mejor versión, sin que por eso se dé al texto por acabado, para el mismo encuentro.

Por último, nos entregan sus textos sobre “Casa tomada” de Cortázar; y lentamente, todos parten, los esperan las pegajosas calles de la ciudad…